Después de casi dos horas de hablarme de su vida sexual -con todo lujo de detalles-, una amiga cambió de tema y pasó a querer ahorrar dinero y comprar una vivienda.
Como asesor financiero, supuse que mi amiga quería consejos, o al menos anécdotas personales, pero cuando empecé a preguntarle por su plan de ahorro e hipoteca, se quedó totalmente congelada, sin querer hablar de los números ni siquiera en abstracto.
La historia es familiar y común: como descubrí, y es que los millennials prefieren hablar de sexo antes que de dinero y una reciente encuesta de Marketwatch muestra que los españoles prefieren hablar de cualquier cosa, antes que de sus finanzas personales.
Pero sin hablar de finanzas, no estamos aprendiendo a mejorar nuestros hábitos financieros, a alcanzar nuestros objetivos.
A muchos de nosotros se nos enseña que el dinero es un tema privado que no debe mencionarse ni discutirse, con números o incluso sin ellos, fuera de su hogar. Y aunque eso puede haber funcionado en décadas pasadas (¿tal vez? tal vez no…), existir de forma independiente como adulto depende de una competencia financiera que rara vez se enseña en las escuelas, y que debe ser comunicada a través de los compañeros y la experiencia profesional.
Las consecuencias de no hablar de dinero son elevadas: Para la sociedad, las parejas, las familias, los amigos y los profesionales de los servicios financieros. Los beneficios de romper el silencio sobre el dinero son grandes. Entre ellos, una mayor intimidad en tus relaciones con los demás, una mayor aptitud financiera, el fortalecimiento de la confianza financiera, la capacidad de tomar decisiones financieras más informadas y más, mucho más.
Pero, ¿cómo empezar a hablar de finanzas con tus amigos cuando estás condicionado a no mencionar nunca tu cuenta bancaria, tus deudas o tu salario en una situación social?
Para facilitar la entrada en el ámbito, antes tabú, de la conversación sobre el dinero, debemos encontrar su «mentalidad de conversación sobre el dinero», es decir, sus pensamientos y creencias automáticas sobre el dinero, y a continuación, a relacionarse con otra persona sobre estos mismos temas. Las siguientes preguntas pueden ayudar a poner en marcha el proceso de determinar su propia mentalidad sobre el dinero:
Estas preguntas pueden ayudar a facilitar la conversación de una manera que no sea totalmente abrumadora y ayudar a guiar una discusión productiva sobre las finanzas personales.
Es importante poder vivir en una sociedad libre del silencio sobre el dinero y del daño que éste provoca. Ayuda hablar de finanzas con los compañeros para aprender unos de otros, para saber si estás ganando un salario justo para tu posición o para poder ser un modelo para la generación que te sigue. Hablar de dinero y de cómo piensas y sientes sobre tus decisiones monetarias forma parte de una vida adulta sana».
Desligar la autoestima del saldo de la cuenta bancaria y de otras cifras de las finanzas personales es un tema clave.
Tenemos que dejar de juzgar a las personas en función de lo poco o mucho que ganan o tienen. Tenemos que dejar de criticar a los demás por estar endeudados o por cometer errores financieros y, en su lugar, ser compasivos con el hecho de que la gestión del dinero es una habilidad que se aprende y que implica, a veces, cometer un error y, después, aprender de esa experiencia, sacar de la sombra las deudas es esencial para construir la solución.
¡¡Y es que tengo casos de clientes que deben, por una mala planificación, miles de euros y sus parejas no lo saben!!
Considera la posibilidad de retarte a tí mismo a tener una conversación al mes sobre el dinero. Con cada conversación, se adquiere la capacidad de hablar de finanzas, de cómo se siente uno con respecto al ahorro, el gasto, los regalos y la inversión, y finalmente hablar de finanzas se convierte en una parte habitual de la vida. Si todo el mundo se atreviera a hacer esto, viviríamos en un mundo libre del tabú de hablar de dinero y eso sería maravilloso.
No todos tus amigos van a querer charlar abiertamente sobre el dinero, pero si puedes identificar uno o dos aliados con los que hablar de finanzas, es de esperar que os ayudéis mutuamente a manteneros responsables de vuestros objetivos financieros.
Recomiendo encontrar a alguien que tenga valores similares a los tuyos, es decir, si se dedica a gastar y tus objetivos giran en torno al ahorro, puede que vuestras conversaciones no coincidan. También anima a los amigos del dinero a rebatir cuando sea necesario, a no ser demasiado amables ni a dejar que sus compañeros caigan en malas trampas financieras, como no tener un fondo de emergencia o gastarlo antes de que surja una verdadera emergencia.
Deuda
Habla de la cantidad de deudas que tienes y que quieres pagar y del plazo en el que quieres hacerlo. Contarle a otra persona tu plan puede hacer que te pongas las pilas para conseguirlo.
Ahorros
Puede parecer que los ahorros en efectivo están ahí, pero cuando se tienen objetivos en mente, ahorrar dinero puede resultar más fácil.
Un fondo de emergencia puede no ser lo más emocionante para ahorrar, pero es necesario, y un compañero de responsabilidad puede ayudarle a averiguar cuánto debe apuntar a esa cuenta.
Otras conversaciones sobre el ahorro pueden girar en torno al pago inicial de una casa o un coche, cómo y dónde piensas ahorrar tu dinero y cuáles son los objetivos a largo y corto plazo.
Beneficios empresariales
Tus aportaciones anuales, el porcentaje en que aumentas tus aportaciones anualmente y cómo inviertes son buenos temas para comentar con un compañero, especialmente si la jubilación te parece lejana y abstracta.
Habla también de los demás beneficios que obtienes en el trabajo, ya sean días de compensación por horas extras o un descuento en el gimnasio de la empresa. Saber cómo se compensa a los compañeros más allá del salario tradicional puede ayudarte a saber qué pedir a un empleador.
Profesionales de las finanzas
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Una vez que hayas establecido lo básico, lo más probable es que, sea cual sea la situación económica a la que te enfrentes en el futuro, te sientas mucho más cómodo/a a la hora de abrirte a tus amigos para que te apoyen y te aconsejen.